Artículo
dirigido a bailarines profesionales y no tan profesionales ;)
La
danza y las emociones tienen más estrecha relación de la que muchos de nosotros
nos podemos imaginar, pues está presente en nuestras vidas a cada momento que
pasamos y repasamos eso que llamamos bailar, es así como yo me he enfocado en
investigar más teorías sobre esto, aparte de lo que hacemos, para que tenga
argumentos que a futuro me ayuden a realizar mi artículo de investigación.
En
la danza contemporánea, por ejemplo, se dice que se experimentan infinidad de
sensaciones y emociones dentro de una clase, en una improvisación o en una
composición coreográfica sobre un escenario, los cuales, en determinados
momentos nos ayudan a sentir más nuestro cuerpo, equilibrio, pero sobre todo las
emociones, que mucho tienen que ver con la ambientación, estado de ánimo y edad
en algunas situaciones.
Hasta
ahora he encontrado autores como Denise Osswald, que nos habla de la
verbalización del cuerpo humano, que a través de los años se han ido creando
movimiento un tanto feministas que comenzó desde Isadora Duncan, si es que
hacemos memoria.
Por
otro lado tenemos el caso del artículo de “Emotions in Children” lo cual nos
demuestra que los niños experimentan diferentes emociones al bailar, es decir, reaccionan
o feliz, o triste o enojados ante una clase de este género.
Se
puede entender, en términos generales, que es casi lo mismo cuando se
experimentan las emociones al bailar, que como reaccionan personas al bailar
con sus emociones, y la verdad es que no es así, debido esa estrecha diferencia
entre experimentar y reaccionar hace dos mundos completamente distintos. Es por
eso que, en mi próximo artículo de investigación llegare al fondo de esto, a
ver como los bailarines EXPERIMENTAN estas emociones, tomando como teoría
principal la de Denise Osswald, como mencione anteriormente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario